Volumen 1, N°1 Agosto de 2004

La bibliografía en Chile (1)

 

Bibliografía especial

El cultivo de las diferentes disciplinas intelectuales en el país ha originado numerosos trabajos bibliográficos que obedecen al propósito de organizar y orientar los estudios y las investigaciones específicas. Como una relación detallada de esas bibliografías resultaría demasiado extensa y engorrosa, es necesario limitarse sólo a las más destacadas. Este será el criterio general, por los demás, en lo que resta de este trabajo.

En el orden de las ciencias antropológicas se debe a José Toribio Medina un primer aporte fundamental, la Bibliografía de la Lengua Araucana incluida en su libro Nueve sermones en lengua de Chile, por el P. Luis de Valdivia, impreso en 1897.

Dentro de un carácter más general, deben considerarse dos trabajos del naturalista Carlos E. Porter, la Bibliografía Chilena de Antropología y Etnología (Buenos Aires, 1910) y la Bibliografía de Ciencias Antropológicas (Santiago, 1912). Ambos trabajos tienen un complemento en los estudios que publicó Ricardo E. Latcham entre 1910 y 1915 en la Revista de Bibliografía Chilena y Extranjera con el título de Bibliografía Chilena de ciencias antropológicas y Bibliografía chilena de antropología y etnología.

En años más recientes Julio C. Montané M. ha publicado una Bibliografía selectiva de antropología chilena patrocinada por el Museo de La Serena (La Serena, 1965), que, dentro de un panorama general, da noticia de las obras de mayor relieve.

La isla de Pascua, que por su exotismo e interés arqueológico ha motivado tantos escritos de viajeros e investigadores, ha sido objeto de un estudio especial, la Bibliografía de la isla de Pascua, dada a la publicidad en Santiago por el antropólogo austriaco Martín Gusinde.

Las investigaciones folklóricas cuentan con una fuente segura de información en la Guía Bibliográfica para el estudio del folklore chileno de Eugenio Pereira Salas, publicada en el número 4 del Archivo del Folklore Chileno (1952).

El cultivo de la historia, que tanta importancia ha tenido en el país, ha originado algunas investigaciones de carácter general y otras más especificas. Entre las primeras deben figurar la Biblioteca Hispano-chilena de José Toribio Medina y la Bibliografía de la Imprenta en Santiago de Chile con sus correspondientes Adiciones y Ampliaciones, de todas las cuales ya se hizo mención con anterioridad. Dentro del mismo concepto debe recordarse la Bibliografía chilena de Luis Montt, advirtiendo que todas estas obras tienen el doble carácter de bibliografías históricas y generales a la vez.

Propiamente histórica es la primera parte del Ensayo de una Bibliografía histórica y geográfica de Chile de Nicolás Anrique R. y L. Ignacio Silva (Santiago, 1902), que por encargo de la Universidad de Chile trabajaron ambos autores para ser presentados al Congreso Internacional de Ciencias Históricas y Geográficas de Roma de 1902. La investigación fue elaborada en sólo sesentaiséis días, por la premura del tiempo, arrojando un total de 996 obras históricas publicadas en Chile y en el extranjero. Los autores se contrajeron a catalogar únicamente las piezas de mayor importancia, sin ánimo de agotar el tema, para proporcionar sólo una guía inicial a los estudiosos.

En cuanto a la bibliografía sobre temas monográficos, tenemos en primer lugar, dentro del orden cronológico de los sucesos, la que dedicara José Toribio Medina a la expedición de Magallanes en su monumental obra El Descubrimiento del Océano Pacífico (Santiago, 1913-1920, 3 vols.). En ella aparecen registrados 199 títulos, que en manera alguna constituían todos los publicados hasta entonces, pero que, según opinión de Medina, eran los que revestían verdadera importancia.

Mayor significado para Chile tienen las Anotaciones Bibliográficas sobre Pedro de Valdivia de Víctor M. Chiappa editadas en 1930 que incluían impresos desde 1549 hasta el año anterior al de la publicación. Debidamente adicionadas hasta 1954, fueron incluidas en la edición de las Cartas de Pedro de Valdivia de J. T. Medina, que en 1953 lanzara el Fondo Histórico y Bibliográfico que lleva el nombre del famoso erudito. La importancia de esta bibliografía reside en que las 374 obras colacionadas no sólo se refieren a la vida del capitán extremeño, sino que comprende, en un sentido más general, gran parte de la época de la conquista del país.

Sobre la época de la Independencia existe un trabajo especializado de José Toribio Medina, el Ensayo de una bibliografía de las obras de don José Miguel Carrera, incluido en el tomo IV de la Revista del Museo de la Plata (1892), que comprende tanto las publicaciones del caudillo como las obras que se refieren a él, aunque en forma muy incompleta. Fue reeditado en la Revista chilena de historia y geografía el año 1921, en el número 44 destinado a honrar la memoria del prócer, con unas adiciones debidas a Ramón A. Laval.

En lo referente a la Independencia, tienen un papel más destacado las Fuentes bibliográficas para el estudio de la vida y de la época de Bernardo O’Higgins, que en 1946 publicó José Zamudio Z. bajo los auspicios de la Biblioteca del Congreso. El propósito de Zamudio fue realizar una obra de carácter exhaustivo, en el sentido en que puede serlo una investigación bibliográfica, agotando la búsqueda de libros, folletos y hojas sueltas publicadas en Chile y en el extranjero e incluyendo también los artículos de revistas y periódicos nacionales y los de algunas revistas científicas foráneas. Mediante la compulsa de esos materiales las entradas llegan a 902.

La Guerra Civil de 1891, que originara tantos escritos de circunstancia y polémica, ha sido estudiada por Aníbal Echeverría y Reyes en el Ensayo bibliográfico sobre la Revolución de 1891 (Santiago, 1894).

Otros temas históricos de carácter específico también han llamado la atención de los bibliógrafos. Los escritos de los viajeros que han visitado Chile han sido descritos por Guillermo Feliú Cruz en sus Notas para una bibliografía sobre viajeros relativos a Chile, incluidas en Viajes relativos a Chile de José Toribio Medina (Santiago, 1962, 2 vols.).

La historia de la medicina tiene un registro en el trabajo de Ximena Abalos del Pedregal, Bibliografía para el estudio de la historia de la medicina en Chile, impreso en 1961.

La necesidad de facilitar la consulta de las fuentes históricas contenidas en diversas colecciones documentales publicadas por los historiadores, ha dado lugar a la formación de catálogos para cada una de ellas. La más antigua de esas series documentales, la Colección de historiadores de Chile y documentos relativos a la historia nacional, comenzada a publicar en 1861, cuenta con un breve Índice Bibliográfico debido a Víctor M. Chiappa, que cataloga las crónicas y documentos contenidos en los cuarentaicinco tomos publicados hasta 1931.

La Colección de documentos inéditos para la Historia de Chile dispone para los treinta primeros tomos que alcanzó a publicar José Toribio Medina entre 1888 y 1902, de un Índice General elaborado también por Víctor M. Chiappa y que con el carácter de Tomo Preliminar forma parte de los siete volúmenes del Catálogo Breve de la Biblioteca Americana que obsequia a la Nacional de Santiago J. T. Medina (Santiago, 1930).

Los documentos contenidos en la tercera gran serie, la Colección de historiadores y de documentos relativos a la Independencia de Chile, han sido catalogados por Sergio Villalobos R. en un Índice publicado en 1956, que comprende los treintaisiete primeros volúmenes.

Las revistas especializadas en historia, que cuentan en sus páginas con infinidad de artículos sobre los más variados temas del pasado chileno y americano, también disponen de catálogos. La Revista chilena de historia y geografía, que se publica ininterrumpidamente desde 1911, cuenta con el índice de los cien primeros números (Santiago, 1943), elaborado por René Feliú Cruz, y el Índice de los números 101 al 125, preparado por Francisco Santana (Santiago, 1963). El material contenido en el Boletín de la Academia Chilena de la Historia ha sido registrado en el Índice de los veinte primeros años 1933-1953, publicado en 1955 sin nombre de autor, aunque fue recopilado por Raúl Silva Castro.

Finalmente, en lo que atañe a la bibliografía histórica, la revista Historia que publica el Instituto de Historia de la Universidad Católica de Chile ha realizado un esfuerzo para reseñar anualmente las obras y artículos que ven la luz en el país, las que se publican en el extranjero sobre temas de la Historia de Chile y las que publican los chilenos en el extranjero sobre cualquier materia histórica.

La historia económica cuenta sólo con aportes parciales, como es el registro incluido por Sergio Villalobos R. en su trabajo La historiografía económica en Chile; sus comienzos, aparecido en el número 10 de la revista Historia (Santiago, 1971). El mismo autor publicó la Bibliografía sobre Gay y la agricultura chilena hasta 1865 en la reedición de la Agricultura de Claudio Gay efectuada por ICIRA, Instituto de Capacitación e Investigación de la Reforma Agraria (Santiago, 1973).

Los estudios de orden sociológico cuentan con el catálogo de Antonio Ruiz Urbina, Alejandro Donoso y Luis Donoso Varela, Estratificación y movilidad sociales en Chile. Fuentes bibliográficas, editado en Río de Janeiro en 1961, por el Centro Latinoamericano de Investigaciones en Ciencias Sociales.

La producción literaria, igual que la histórica, ha sido estudiada en diversas bibliografías de carácter general y especial. Entre las primeras figuras la bibliografía incluida por José Toribio Medina al final del tomo III de su Historia de la literatura colonial de Chile (Santiago, 1877, 3 volúmenes), que no llena completamente los requerimientos de la investigación bibliográfica. De un carácter diferente es la obra titulada Fuentes bibliográficas para el estudio de la Literatura Chilena de Raúl Silva Castro, publicada en 1933 en los Anales de la Universidad de Chile con el fin de servir de guía en las investigaciones literarias. Este mismo autor publicó dos años más tarde, en colaboración con Arturo Torres-Rioseco, un Ensayo de bibliografía de la Literatura Chilena (Prensas de la Universidad de Harvard, 1935), cuyo propósito era, simplemente, orientar los estudios respectivos en los medios universitarios de los Estados Unidos.

Las obras de carácter específico son más abundantes. El género de la novela ha sido estudiado por Luis Ignacio Silva A. en La novela en Chile (Santiago, 1910), donde anota 489 títulos. Muchos años más tarde, en 1961, Homero Castillo y Raúl Silva Castro dieron un nuevo paso en esta materia con la publicación de la Historia bibliográfica de la novela chilena y al año siguiente, Cedomil Goic dio a conocer en el tomo XIV del Boletín de Filología de la Universidad de Chile, su Bibliografía de la novela chilena del siglo XIX.

La catalogación de los cuentos por autores fue realizada por Raúl Silva Castro, en 1936 en su obra El cuento chileno. Bibliografía.

En lo que respecta al teatro, se han impreso diversas bibliografías. La primera fue elaborada por Nicolás Anrique y publicada con el título de Ensayo de una bibliografía dramática chilena en los Anales de la Universidad de Chile correspondientes a 1899 y 1900. Más reciente y, en consecuencia, más completo, es el Repertorio del teatro chileno. Bibliografía, obras inéditas y estrenadas de Julio Durán Cerda, publicado en 1962 por el Instituto de Literatura Chilena de la Universidad de Chile.

Siempre dentro de la literatura, pero sin atender ya a los géneros mencionados, deben señalarse dos trabajos elaborados en parte en Chile y en parte en los Estados Unidos. El primero es el de Sturgiss E. Loavitt Literature. A bibliography of Literary Criticiam, Biography and Literature Controversy, aparecido en 1922 en la Hispanic American Historical Review: y el segundo es el de Homero Castillo, La literatura chilena en los Estados Unidos de América. Ensayo bibliográfico, incluido el año 1959 en los Anales de la Universidad de Chile. Este último anota tanto las traducciones y publicaciones antológicas, como los estudios alrededor de la literatura nacional.

Un carácter muy específico tiene la Bibliografía literaria de la revista Hoy (1931-1943), elaborada por Justo Alarcón y María Iciar de Sasía, aunque su nombre no aparece en la portada, y fue publicada por la Biblioteca Nacional en el año 1970.

La antigua tradición de estudios filológicos en el país, que cuenta con nombres tan destacados como los de Rodolfo Lenz y Federico Hanssen, ha dado origen a un recuento bibliográfico, la Filología chilena. Guía bibliográfica y crítica, dada a las prensas en 1944 por Guillermo Rojas Carrasco.

En materias de Derecho existen trabajos de tipo monográfico desde fines del siglo pasado. Uno de los primeros es la Bibliografía de los códigos chilenos, publicada en 1890 por Aníbal Echeverría y Reyes, a la sazón Juez de Letras de Talcahuano. Este mismo autor publicó el año siguiente un trabajo más amplio y general, el Ensayo de una biblioteca chilena de legislación y jurisprudencia, elaborado por él para corresponder a su designación como miembro de la Real Academia Española de Jurisprudencia y Legislación.

En 1914 la Revista de bibliografía chilena y extranjera acogió en sus páginas dos artículos bibliográficos titulados Bibliografía jurídica Chilena, 1810-1913, debidos a Ricardo Dávila Silva y Aníbal Echeverría y Reyes.

Como panoramas generales destinados a servir de guías en una materia tan compleja como es el Derecho, se publicaron en los Estados Unidos, con el apoyo de los círculos oficiales, dos trabajos de carácter bibliográfico. Cronológicamente, el primero fue el de Edwin M. Borchard, Guide to the Law and Legal Literature of Argentina, Brazil and Chile, publicado en Washington en 1917. El segundo, que trata de Chile en especial, es el de Helen L. Claggett, A guide to the Law and Legal Literature of Chile y sirve de complemento al anterior para el periodo 1917-1946. Apareció en Washington en 1947.

En relación con el derecho constitucional, existe un pequeño estudio de Mario Bernaschina, Fuentes para el estudio de la Constitución Política promulgada el 18 de septiembre de 1925, que se publicó en 1943.

Mucho más amplio, en el mismo aspecto, es el trabajo publicado en 1967 por Mario Correa Saavedra con el título de Bibliografía del derecho constitucional; pese a la limitación que se impuso su autor al coleccionar solamente las obras existentes en la Biblioteca del Congreso y en la Biblioteca de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile.

El Derecho del Trabajo, que ha llegado a ser tan abundante y complejo en Chile, cuenta con el Índice bibliográfico de Derecho del Trabajo (Santiago, 1966), de que es autora Jacqueline Minard Huet.

En otro campo del saber, el relacionado con la enseñanza, se publicó en 1902 la Bibliografía pedagógica chilena, recopilada por el profesor Manuel Antonio Ponce para ser presentada al Congreso General de Enseñanza Pública. Este mismo autor publicó tres años más tarde una Reseña histórica de la enseñanza de la lectura en Chile que, sin ser exactamente una bibliografía, pasa revista a las innumerables cartillas y silabarios utilizados en el país hasta 1904.

Las obras relativas a las ciencias naturales han sido registradas por diferentes autores, según la especialidad. Una primera contribución se debe a Federico T. Delfín, médico de la Armada, que en su Catálogo de los peces de Chile, publicado en la Revista Chilena de Historia Natural, números de 1899 y 1900, incluyó una bibliografía sobre el tema. Algunos años más tarde, el Dr. Carlos Reiche incluyó una bibliografía de la flora chilena en su obra Grundzüge der Pflanzenverbreitung in Chile, impreso en Leipzig en 1907.

Hacia la misma época, el profesor Carlos Porter publicó diversos estudios bibliográficos sobre los trabajos de algunos científicos chilenos y sobre entomología y ornitología, en el Boletín del Museo Nacional y en la Revista Chilena de Historia natural, siendo su mayor aporte el Ensayo de una bibliografía chilena de historia natural, aparecido en la última revista el año 1900.

En época muy posterior, 1929, Porter dio a la publicidad su Reseña histórica y bibliográfica razonada de las ciencias naturales en Chile, que como obra de conjunto dejaba muy atrás las anteriores bibliografías. Ese mismo año también insertó en los Anales de la Universidad de Chile una Bibliografía chilena razonada de botánica agrícola e industrial.

Los estudios geográficos cuentan con una guía que abarca hasta el primer año del presente siglo en la obra ya mencionada de Nicolás Anrique R. y L. Ignacio Silva A., Ensayo de una bibliografía histórica y geográfica de Chile, que reseña 1.565 títulos.

Al primero de los autores nombrados se debe también la Bibliografía marítima chilena (Santiago, 1894), que sin ser propiamente geográfica, dado que comprende obras relativas a la artillería, la estrategia y la táctica naval, la construcción de naves, la legislación marítima, etc., interesa a los geógrafos por la sección destinada a “Hidrografía y geografía”.

En otra especialidad geográfica, la geomorfología, es importante la Bibliografía minera y geológica de Chile del Dr. Juan Brüggen, publicada a expensas del Ministerio de Industrias y Obras Públicas en 1919. En 1927 Brüggen adicionó su obra con las últimas publicaciones y desde aquella fecha hasta 1953, la catalogación fue continuada por Jorge Muñoz Cristi y Juan Karzulovic Kokot en su Bibliografía geológica de Chile, impresa en 1956.

Dentro de las bibliografías de orden geográfico puede considerarse también el trabajo titulado Información bibliográfica de recursos naturales, 1945-1965, publicada el último año por el Instituto de Investigaciones de Recursos Naturales en colaboración con el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas.

Una interesante tarea ha cumplido con el fin de sistematizar el registro anual de las publicaciones de índole geográfica la revista Informaciones geográficas, que edita el Instituto de Geografía de la Universidad de Chile. Desde el número correspondiente a 1954 incluye una “Bibliografía geográfica chilena”, donde se anotan y comentan todas las publicaciones que puedan interesar al estudioso de la geografía, como asimismo las cartas impresas en el país durante el año.

En el orden de los estudios religiosos, la Biblioteca Central de la Universidad Católica de Chile preparó y publicó una Bibliografía eclesiástica chilena con motivo de la Exposición Bibliográfica organizada en 1959, investigación que sobrepasa el interés meramente eclesiástico porque no sólo registra los escritos de índole religiosa y teológica, sino que los de toda clase publicados por los eclesiásticos chilenos en el país o en el exterior. Incluye, además, las obras de eclesiásticos extranjeros que vivieron en Chile y editaron aquí sus trabajos.

Una investigación detenida y específica la constituye la Bibliografía eclesiástica chilena. Revistas Chilenas, 1843-1973 publicada por Julio Retamal Ávila en el número 11 de la revista Historia (Santiago, 1973).

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