Notas

[1]

Jean, Bodin Angevin, Méthode pour faciliter la connaissance de l’histoire, 1566 (1572) traducción del latín al francés por Pierre Mesnard, en: Raymons Bayer (director), Corpus général des philosophes français. Auters modernes, tomo V, Vol.3, pp. 269-473, Press Universitaires de France, Paris, 1951. La traducción al español es responsabilidad mía. Volver

[2]

Bodin, p.276.

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[3]

Esto lo desarrolla y perfecciona en su obra 
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[4]

Kriegel, Blandine, L’histoire à l’âge classique, Vol. 2: La défaite de l’erudition, Quadrige-PUF, Paris, 1988, p.120-122.
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[5]

Guy Bourdé y Hervé Martin, Las escuelas históricas, Akal ediciones, 1992, Madrid, p. 64.
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[6]

George Huppert, The idea of perfect history. Historical erudition and historical philosophy in Renaissance France, University of Illinois Press, 1970, 215 pp.
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[7]

Nombre con que se identificaba a los intelectuales, Bodin habla de los “sabios” entre los que incluye en primera línea a los juristas. Gramáticos, poetas, retóricos, filósofos o matemáticos dice que son nombres con que los antiguos designaban a los sabios. Bodin, p. 289.
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[8]

Bodin, p. 282.
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[9]

Bodin, p. 282.
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[10]

Kriegel, Op. Cit., p. 126.
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[11]

Citado por G. Huppert, p. 12.
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[12]

Bourdè y Martin, Op. Cit., p. 63.
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[13]

Bodin, p. 279.
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[14]

Huppert, p. 7.
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[15]

Huppert, p. 8, el texto de Friedich von Bezold es Zur Enstehungsgeschichte der historichen methodik, Berlín 1918.
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[16]

Ver: Marc Fumaroli, L’ âge de l’éloquence, Albin Michel, 1994, 882 pp. y Amparo Gaos Schmidt, Cicerón y la elocuencia, UNAM, México, 1993, 273 pp.
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[17]

Bodin, p. 278.
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[18]

Idem.
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[19]

Bodin, p. 279.
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[20]

Bodin, p. 275.
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[21]

Bodin, p. 274.
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[22]

Huppert, p. 10.
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[23]

Kriegel, p. 132.
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[24]

Bodin, p. 287.
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[25]

Michel Foucault, Las palabras y las cosas, una arqueología de las ciencias humanas, Siglo XXI editores, México, 1968, pp. 1-10.
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[26]

Michel de Certeau, Op. Cit., p. 204.
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[27]

Bodin, p. 287.
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[28]

Bodin, p. 284.
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[29]

Bodin, p. 284.
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[30]

Bodin, p. 287.
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[31]

Idem.
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[32]

Bodin, p. 285.
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[33]

Bodin, p. 279.
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[34]

Bodin, p. 280.
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[35]

Bodin, p. 281.
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[36]

Idem.
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[37]

Bodin, p. 279.
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[38]

Bodin, p. 283.
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[39]

Bodin, p. 284-285.
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[40]

Bodin, p. 283.
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[41]

En 1544, Cordelier había publicado una enorme Cosmografía, modelo de “geografía universal”. Y tampoco podemos dejar de pensar en las historias naturales que clasifican y ordenan objetos que van “apareciendo” y siendo integradas a lo conocido. Me remito a Foucault.
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[42]

Bodin, p. 286.
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[43]

Frances Yates, El arte de la memoria, Taurus, 1974.
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[44]

Junto al libro de Yates, pionera en el tema, me he apoyado en el de M. J. Carruthers, The book of memory: A study of memory in medieval culture, Cambridge, Cambridge University Press, 1990.
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[45]

Sobre este tema sigo el excelente libro síntesis de la problemática, de David Olson El mundo sobre el papel. El impacto de la escritura en la estructura del conocimiento, Gedisa editorial, Barcelona, 1998, 349 pp.
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[46]

Carruthers, Op. Cit., y Olson, Op. Cit.
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[47]

Jacques Le Goff, Op. Cit., p. 82.
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[48]

Bodin, p. 288.
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[49]

Bodin, p. 293.
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[50]

Bodin, p. 285.
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[51]

Bodin, p. 287.
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[52]

Gómez Alonso, Juan Carlos, “La memoria en Quintiliano”, en: Tomás Albaladejo et al. editores, Quintiliano: historia y actualidad de la retórica, Vol. III, pp.595-604, ver pp. 602-603.
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[53]

Idem, p. 599.
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[54]

Bodin, p. 288.
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[55]

Bodin, p. 283.
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[56]

Idem.
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[57]

Bodin, p. 288.
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[58]

Bodin, p. 288.
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[59]

Las leyes del Estado son objeto de la ciencia política y dice que prefiere este término al de jurisprudencia porque el primero ve a la reglamentación de todas las acciones humanas, distinguiéndose tres partes: autoridad, la capacidad de deliberar y la sanción. La ciencia política tiene que ver con la balanza de las importaciones y exportaciones, agricultura, ganadería, higiene pública, industria, las letras. Los jurisconsultos son los más idóneos para ejercerla, ellos vienen a ser los gramáticos, poetas, retóricos, filósofos o matemáticos nombres con que los antiguos designaban a los sabios. Dice que a esta ciencia política la llamaban arquitectónica porque ella poseía las leyes y los maestros de todas las artes a fin de concurrir su actividad al bien común e intereses del Estado. Bodin, p. 289.
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[60]

Bodin, pp. 289-290.
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[61]

Bodin, p. 290. El segundo libro es una división de las cosas de la historia natural, que “comúnmente se encuentran en la lectura de los historiadores:

- Principios de la naturaleza: tiempo y lugar.
- Los nacimientos y la muerte, viendo de manera general su movimiento y cambio.
- Los elementos y su naturaleza.
- Los cuerpos imperfectos.

- Los metales y las piedras.
- El origen de las especies.
- Los animales vivientes y sus tres divisiones.
- Los cuerpos celestes, la grandeza y armonía del mundo (p. 290).

Tercer libro de las cosas divinas:

- El espíritu humano el más elevado entre las cosas naturales y el último entre las divinas.
- La triple serie de las inteligencias.
- Dios, su acción y sus oráculos.
- La religión y la impiedad.
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[62]

Guy Bourdé y Hervé Martin, Las escuelas históricas, Akal ediciones, 1992 (1990), Madrid, pp. 64-66.
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[63]

Ver Olson, Op, Cit. Los capítulos referidos a la lectura del libro de la naturaleza como una actitud que origina las bases conceptuales de la ciencia moderna y el discurso escrito desde lo mnemotécnico a las representaciones, pp. 185 y ss.
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[64]

Bodin, p. 291.
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[65]

Bodin, p. 291.
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[66]

Bodin pp. 291-292.
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[67]

Bodin, p. 293; Cabello Hernadorena, Isidro, “La presencia de Quintiliano en la retórica de Nebrija”, en: Tomás Albaladejo et al. editores, Quintiliano: historia y actualidad de la retórica, Vol. III, pp. 1169-1179; Chartier, Roger, El mundo como representación. Historia cultural: entre práctica y representación, Gedisa editorial, 1999 (reimpresión), Barcelona, 276 pp.; Chartier, Roger, Lecturas y lectores en la Francia del Antiguo Régimen, Instituto Mora, México, 1994, 101 pp.
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[Introducción] | I. Los intelectuales y la "nueva historia" en el siglo XVI | II. De como fijar con exactitud los lugares comunes o rubricas de la historia | Notas | Versión de impresión