Volumen 3, Nº1 Agosto de 2006

Chile, Argentina y Gran Bretaña en el Continente Antártico, 1906-1961. Una Aproximación a las Controversias Diplomáticas

 

I. Chile, Argentina y Gran Bretaña y el Comienzo de la “Cuestión Antártica”, 1906-1940[1]

La política antártica chilena se inició durante el gobierno de Germán Riesco con la creación, en 1906, de la Comisión Antártica Chilena, organismo dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores, que tuvo como misión la planificación y envío de la primera comisión al continente antártico. Sus principales funciones, desde su establecimiento hasta la creación del Instituto Antártico Chileno (INACH) en 1964, fueron la organización y coordinación de las expediciones a la Antártica; hacer efectiva la soberanía chilena por medio de la ocupación y, por último, consolidar los títulos sobre las islas australes y parte del continente antártico[2].

Desde 1906, los gobiernos chilenos, en su tarea de consolidar y defender los títulos que posee el Estado sobre parte del continente antártico, han tenido que lidiar con las pretensiones antárticas de de Argentina y Gran Bretaña, que se superponen al territorio reclamado por Chile.

Las controversias entre Chile y Argentina tienen su inicio en el Decreto Supremo Nº 260 del 27 de febrero de 1906, en el que el presidente Germán Riesco autorizó a Domingo Toro Herrera y Enrique Fabry para explotar los recursos existentes al sur de las islas Diego Ramírez.

El embajador de Argentina en Santiago, Lorenzo Anadón, al saber de la promulgación del Decreto, envió apresuradamente una copia de él a su gobierno, y después de recibir las instrucciones respectivas hizo llegar, el 10 de junio de 1906, una nota de protesta al canciller chileno, Antonio Huneeus Gana[3]. El texto de la protesta argentina fue derivado a la Comisión Antártica de la cancillería, la que insistió constantemente al gobierno sobre la necesidad de dar solución a la controversia que se estaba gestando. Acogiendo esta propuesta, el canciller Hunneus invitó al embajador Anadón a iniciar conversaciones para definir los derechos chilenos y argentinos sobre esos sectores, además de proponer la creación de una Comisión Mixta Chileno-Argentina[4].

Entre 1907 y 1908, se realizaron las conversaciones entre ambos Estados latinoamericanos para lograr una delimitación definitiva de la soberanía del sector antártico en disputa[5], generándose un arreglo proyectado, “que partía de la base de que ambos países interesados gozaban de derechos sobre la región polar, y sobre dicha base se trazaba una línea divisoria que, pasando entre las islas Shetland y las Orcadas del Sur, llegaba hasta el mismo Polo Sur”[6].

En el momento en que se realizaban las conversaciones chileno-argentinas ingresó un nuevo actor a la controversia antártica, Gran Bretaña, país que por diferentes medios realizó acciones para reclamar soberanía sobre parte del territorio disputado por chilenos y argentinos. Una de estas acciones fue la promulgación de Cartas Patentes que constituyen el punto de inicio de las pretensiones inglesas a una parte de la Antártica Chilena.

La primera Carta Patente británica, del 21 de julio de 1908, establecía que “el grupo de las islas conocidas con el nombre de Georgias del Sur, Orcadas del Sur, Shetland del Sur, Islas Sándwich y el territorio conocido como Tierra de Graham, situados en el Océano Atlántico Sur, al sur del paralelo cincuenta de latitud sur, ubicados entre los grados veinte y ochenta de longitud oeste, son parte de Nuestro Dominio”[7]. Lo anterior demuestra los profundos errores geográficos que contenía dicho documento al establecer soberanía británica sobre parte del territorio austral del chile continental[8].

La segunda Carta Patente británica, que tuvo por finalidad enmendar el error de la primera, fue dictada el 28 de marzo de 1917, y su texto establecía que: “por cuanto se han suscitado dudas de los límites de los grupos de islas conocidas como…; y por cuanto es conveniente que se adopten medidas para el gobierno, no sólo de estas islas y territorios, sino también para ciertas otras islas nuestras y territorios adyacentes como Dependencias de nuestra Colonia de las islas Falkland. 1°. Por la presente reclamamos que desde el momento y después de la publicación de éstas nuestras Cartas Patentes…, las Dependencias de nuestra mencionada Colonia se estimará que incluyen y han incluido todas las islas y territorios, cualquiera que sean, entre los grados veinte de longitud oeste y los grados cincuenta de longitud oeste, que están situados al sur del paralelo cincuenta de latitud sur; y todas las islas y territorios cualquiera que sean entre los grados cincuenta longitud oeste y los grados ochenta de longitud oeste, que están situados al sur del paralelo cincuenta y ocho de latitud sur”[9]. Como se puede apreciar, los contenidos de este nuevo documento son “vanos conceptos” que no dan solución al problema planteado por la primera Carta Patente[10].

En las conversaciones chileno-argentinas, realizadas entre los años 1907 y 1908, los representantes fueron el canciller chileno, Federico Puga Borne y el embajador de Chile en Buenos Aires, Miguel Cruchaga Tocornal; y por parte de Argentina, el canciller Estanislao Zeballos y su embajador en Santiago, Lorenzo Anadón. No obstante, ya avanzadas las conversaciones entre ambos interlocutores para la firma de un acuerdo, el Presidente de Argentina José Figueroa Alcorta, pidió la renuncia de Zeballos, por lo que el acuerdo no llegó a formalizarse[11], y las negociaciones quedaron en un punto muerto hasta principios de la década de 1940, cuando el gobierno de Pedro Aguirre Cerda promulgó el Decreto Supremo Nº 1.747, el 6 de noviembre, que fijó los límites del Territorio Antártico Chileno.

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Nota

 [1] Se agradece a Dra. Consuelo León Wöppke y Mg. Mauricio Jara Fernández investigadores del Proyecto Fondecyt N° 1040187.

I. Chile, Argentina y Gran Bretaña y el Comienzo de la “Cuestión Antártica”, 1906-1940[1] | II. La Agudización de la “Cuestión Antártica”, 1947-1953 | III. Chile, India y Naciones Unidas, 1956 | IV. Las Últimas Controversias y la Aprobación del Tratado Antártico, 1957-1961 | Notas | Versión de impresión

 




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