Volumen 3, Nº1 Agosto de 2006

Aproximación a las Migraciones Femeninas Internacionales al Interior de Latinoamérica: Algunos Casos en México y Chile

 

III. Aspectos Teóricos en Temas de Migración Femenina

De acuerdo a los trabajos citados con anterioridad referidos a asuntos migratorios en América Latina, una serie de elementos y hechos han influido directamente en la migración intrarregional –y femenina en particular- como son la inestabilidad política y económica en los países de origen; el desarrollo y crecimientos de ciudades primadas e intermedias en diferentes zonas de esta extensa región; la circulación de capitales monetarios e inversión extranjera en determinados espacios latinoamericanos; las conductas culturales de los habitantes; la valoración de la mano de obra femenina en actividades primarias, secundarias o terciarias; así como las consecuencias propias de la globalización económica y tecnológica actual a escala mundial que repercute directamente en Latinoamérica.  

En relación directa con la migración intrarregional femenina, los estudios sobre tal problemática eran analizadas de manera secundaria hasta la segunda mitad del siglo XX, siendo el motor de los análisis geodemográficos, hasta dicha época, las migraciones masculinas, o en términos generales, el proceso migratorio como un fenómeno sin vinculación mayor de aspectos propios de género. En otras palabras, como señala Cruz y Rojas (2000) en la página 129, -citando a Mirjana Morokvasic en "Birds of passage are also women..." de la revista International Migration Review, N°18 del año 1984- como mujeres bajo el alero de un jefe de hogar, como esposas e hijas. Como una consecuencia de la migración masculina o como un flujo migratorio determinado por otros miembros de la unidad familiar.

Cecilia Lipszyc (2004), al respecto señala que en las migraciones intercontinentales se han dado, por tanto, dos maneras tradicionales de entender el fenómeno migratorio general: las autónomas, es decir, las masculinas, y las asociativas, o femeninas. En el segundo caso, se analiza a las mujeres tan solo como migrantes en la condición de hijas o familiares de un migrante masculino.

Por otra parte,  todos los estudios contemporáneos referidos a emigración femenina en Latinoamérica y El Caribe, hablan sobre una emigración eminentemente laboral. De hecho, Lipszyc (2004) pone el acento en que esta forma de migración se relaciona con el servicio doméstico, trabajo en instituciones públicas, industria textil y maquilas, así como por motivos de estudio, o bien, por trata de blancas y prostitución.

Con el correr del creciente interés por las migraciones en general, y las femeninas, en particular, se han ido desarrollando, al menos cuatro líneas de aproximación conceptual o teórica para el análisis de dicha forma particular de migración. Estas aproximaciones se basan en lo establecido en el texto de Cruz y Rojas (2000), página 130 y 131 -citando trabajos de Sylvia Chant y Sarah Radcliffe en "Migration and development: the importance of gender" del texto Gender and migration in developing countries. Belhaven Press. Londres, del año 1994; o Ivonne Szsaz en "Migración y relaciones sociales de género: aporte de la perspectiva antropológica" de la revista Estudios Demográficos y Urbanos. Volumen 9, número 1 del año  1994; entre otros artículos:

Primeramente, por medio de una aproximación neoclásica, en donde la migración de mujeres es vista desde la distribución territorial de los puestos de trabajo, explicando los flujos desde el mundo rural hacia mercados laborales de ciudades. Se asume que las motivaciones para el desplazamiento son similares para ambos sexos, explicado por la atracción económica y salarial de los sectores urbanos. De acuerdo a los autores citados, en esta postura poco interesa el hecho que las mujeres pertenecen a sectores sociales diferentes, migran con edades distintas y desde áreas territoriales diferenciadas entre lo urbano o rural.

Las aproximaciones de comportamiento, por otro lado, estudian aspectos culturales y de pensamiento por género, y su acción o reacción ante cambios culturales o económicos. Sin embargo, se cae mucho en las particularidades por individuos o áreas geográficas, imposibilitando, de paso, estudios comparativos más generales.

En tercer lugar, señalan los autores citados, aparecen las aproximaciones estructuralistas, que buscan explicaciones más globales a la problemática de las migraciones por medio del análisis territorial de la población económicamente activa. En esta línea se observan estudios que analizan la mano de obra femenina en grandes empresas relocalizadas como consecuencia de la actuación del capitalismo, o también, en las vinculaciones entre los mundos rural y urbano y como ello influye en la ubicación de la mano de obra femenina. A modo de crítica respecto a esta aproximación, Cruz y Rojas (2000) plantean que se tiende a dejar en segundo plano asuntos vinculados a las relaciones de reproducción asociadas, como son las labores de mantenimiento y crianza dentro de una unidad doméstica u hogar.

Por último, figuran las aproximaciones de las estructuras de la unidad doméstica en los estudios de la migración y género, donde las tareas de la reproducción de la propia unidad se vuelven tan trascendentes como los temas laborales. En otras palabras, la migración femenina abarca desde la necesidad de trabajo y las mejoras salariales, hasta la satisfacción de necesidades propias de la mujer y su entorno.

En síntesis, estas cuatro aproximaciones teóricas han sido utilizadas por tales autores  para entender los procesos migratorios femeninos en Latinoamérica.

Cruz y Rojas (2000) señalan que a partir de la década de 1980 se destacarán miradas demográficas en la región que  detallan las características socioeconómicas de los migrantes individuales y los grandes procesos migratorios generales en Latinoamérica, desarrollándose además análisis de las unidades domésticas, como eslabón entre lo individual y lo colectivo - como unidades de consumo y de producción- dando un punto de partida e interés mayor al estudio de la migración femenina por parte de numerosos autores, así como las diferentes maneras como los géneros se relacionan con los patrones de traslado territorial.

Es así como en la década de 1990, la migración femenina se comenzará a vincular, al decir de Cruz y Rojas (2000), con  premisas y constructos culturales sobre roles y situación social de las mujeres en diferentes ambientes.  En otras palabras, el reconocimiento de que los procesos que originan las migraciones femeninas significan un impacto diferente, en muchos casos, al masculino y donde al interior de las unidades domésticas hay conflictos, intereses y relaciones de diferente índole que se traducen en una importancia cada vez mayor, a la hora de los análisis, de las motivaciones que hombres y mujeres, adultos y jóvenes, ven y sopesan a la hora de migrar.  

De acuerdo a lo señalado por Carolina Stefoni (2002) en la página 121, en las diferentes temáticas vinculadas a la migración femenina en Latinoamérica las razones económicas son siempre centrales, pero existen también otros argumentos, como la emancipación, la violencia intrafamiliar o el estudio, lo que se traduce en que muchas mujeres vean en la migración intra o internacional una necesidad ante la carencia o el abuso. Todo lo cual va configurando una creciente feminización migratoria.

Para Latinoamérica, Stefoni acusa una marcada concentración de mujeres migrantes en trabajos de servicio doméstico y el cuidado de personas. Un tema realmente central en las discusiones y análisis demográficos actuales en la región, ya que el hecho de que ellas ejecuten tareas de reproducción social conlleva a una notoria importancia laboral del mundo privado asociado a la unidad doméstica o el hogar, lo que al decir de la autora citada, es la base para la globalización de la reproducción social, presentando al menos tres consecuencias de peso:

La primera, referida a la vulnerabilidad de la mujer trabajadora inmigrante como consecuencia de la pérdida de derechos que las instituciones y redes sociales de sus países de origen sí podían ofrecerle. De hecho, a las mujeres inmigrantes que laboran en el sector informal de la economía se les hace particularmente difícil tener acceso a aspectos de salud, educación y de derechos laborales de los países de destino. Todo lo cual, a juicio de Stefoni (2002) no hace sino acrecentar la desigualdad y la vulnerabilidad. Una paradoja que la citada autora asocia a  un mundo donde la información, la tecnología y el dinero  fluye con amplia libertad, pero donde el traslado de personas encuentra, en muchos casos, obstáculos de orden legal o cultural.

La segunda, que de acuerdo a la misma autora apunta hacia las consecuencias para los familiares directos de las mujeres inmigrantes que han permanecido en los países de origen y para los familiares directos de la persona que contrata los servicios domésticos de una inmigrante. Mientras los hijos de la mujer inmigrante deben pagar el costo de oportunidad que tienen otros, los hijos de la familia que contrata los servicios de la inmigrante gozarán de cuidado y dedicación.

Por último, una tercera, que queda muy bien ejemplificada en un caso expuesto por Stefoni (2002) –página 123- aunque en una realidad diferente a la acá señalada, citando a otras autoras como son Kristen Maher y Silke Staab con su artículo "The globalization of reproductive labor: Southern California and Santiago de Chile", en el marco de un taller para la FLACSO, Santiago de Chile, en el año 2002: Supongamos que una mujer de una comuna pudiente de Santiago posee una renta mensual de 1.000.000 de pesos y contrata a una inmigrante para que cuide a sus hijos. La mujer inmigrante recibirá un salario de 100.000 pesos mensuales. Pero ella también necesita de alguien que cuide a sus hijos mientras trabaja dejándolos bajo la tutela de una familiar u conocida. En la cadena, la familiar se ha quedado con los hijos encargados y uno propio, sin recibir salario alguno o muy mal pagado. Como consecuencia, la mujer inmigrante y su familiar, al decir de Stefoni, subvencionan a la empleadora de la comuna de Las Condes por medio de un trabajo no remunerado o mal pagado.

Ello ha llevado a que en varios artículos dedicados a temáticas de migración femenina se hable de la feminización de la pobreza, la incorporación de la mujer a empleos precarios para complementar la caída de los ingresos.

I. Introducción | II. Algunos Datos Generales Sobre el Fenómeno de la Migración en América Latina. | III. Aspectos Teóricos en Temas de Migración Femenina | IV. La Migración de Mujeres Centroamericanas en la Frontera Sur de México | V. Las Mujeres Inmigrantes Peruanas en Chile | VI. Conclusiones | VII. Bibliografía | Versión de impresión

 




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